Montpellier

Montpellier ciudad moderna y atractiva entre Languedoc y Provenza.

El Arco de Triunfo que da entrada al casco antiguo de Montpellier.

A un paso del mar Mediterráneo se encuentra la ciudad de Montpellier que es, junto a Aix-en-Provence, una de las ciudades más interesantes del sur de Francia. Su carácter abierto, su rico ambiente cultural y la abundancia de terrazas, restaurantes y tiendas las hacen amistosas y animadas. El hecho que ambas sean importantes nucleos universitarios, favorece esta disposición. Sin olvidar que Montpellier y Niza son los dos polos industriales y científicos del sur de Francia, por delante de Marsella.

Tanto Montpellier xomo Aix, son ciudades que carecen de un monumento o acontecimiento capital, aunque no por ello adolecen de lugares de interes. En lugar del anfiteatro de Nimes o Arlés; del inmenso Mediterraneo de Marsella; del Festival de cine de Cannes; o del glamour de Niza o Mónaco; Montpellier posee algo que hace a la ciudad «habitable». El turista, rápidamente se imagina viviendo en estas ciudades, de tamaño medio, -Montpellier tiene 245.000 habitantes; 480.000 en la aglomeración-, donde se puede gozar de todas las ventajas de las urbes sin el agobio de las megalopolis.

Un poco de Historia

El hecho de que Montpellier no posea monumentos de época romana se explica por su tardía fundación. Fue creada en el siglo VIII, a 5 km de la costa, a causa de la amenaza de los ataques piratas. Sólo a partir del siglo X comenzará a cobrar importancia, convirtiéndose en un centro comercial importante. Primero dependiente de Toulouse, después señorio propio, pasa a la Corona de Aragón en 1204.

Jaime I el Conquistador nació en la villa en 1208, antes de dedicarse a sus campañas expansivas. Tras la muerte de este rey, las tierras pasaron a depender del reino de Mallorca. Jaime III las venderá en 1349 a Felipe IV de Francia para financiar la guerra contra Pedro IV de Aragon. Se puede ver claramente como cambiaban de manos los territorios en la época medieval, un ejemplo más de la estulticia de quienes, -pequeños o grandes-, quieren definir el presente en base a supuestos derechos históricos inmutables. Si algo cambiaba en el pasado, eso eran las fronteras.

Mas tarde, ya en la Edad Moderna, Montpellier será un bastión de los protestantes. Las guerras de religión arrasarán la región y causarán inumerables victimas. En el siglo XIX se producirá el definitivo salto económico que ha hecho de Montpellier la segunda ciudad en importancia del sur de Francia, tras Marsella. Hoy en día Montpellier destaca por sus industrias de punta y por ser un polo de investigación y desarrollo junto a Toulouse y Niza.

Qué ver, qué hacer en Montpellier.

Un elemento muy reseñable es que Montpellier, a nivel cultural, es una de las ciudades más dinámicas de Francia. Posee un interesante programa anual, festivales de cine y de música conocidos internacionalmente, conciertos, exposiciones de pintura, bienales de arte contemporáneo, festivales de arquitectura, teatro. Uno de los festivales más importantes es el Printemps de Comédiens. A nivel deportivo hay múltiples manifestaciones deportivas. No hay duda, Montpellier es una ciudad en ebullición, en la que siempre hay algo interesante que descubrir.

Monumentos.

Catedral de St Pierre y su peculiar e inmenso pórtico.

Hay que destacar el patrimonio histórico y urbanístico de la ciudad de una gran riqueza y que no dejará de seducir a los viajeros que visiten Montpellier. Entre los lugares emblemáticos:

  • – El centro histórico con sus palacios de los siglos XVII y XVIII.
  • – La céntrica Place de la Comédie, y el bello Teatro de la Comédie.
  • – El arco de Triunfo.
  • – La catedral St Pierre.
  • – El Museo Fabre, con una de las colecciones de obras de arte más importantes de Europa.
  • – La Universidad, que incluye una de las facultades de medicina más antiguas de Occidente.
  • El barrio moderno de Antígona.
  • – Para los amantes de la historia, el Mikvé, baño ritual judío, que constituye uno de los tesoros ocultos de Montpellier.
  • Sin olvidar, cómo no, las callejuelas medievales y pequeñas plazas llenas de encanto, donde el paseante puede parar en una de sus concurridas terrazas a tomar un café o un tentenpié olvidándose del tráfico y disfrutando de un buen ambiente.

También hay muchas otras cosas que se pueden visitar en Montpellier, como el parque zoológico, con su invernadero amazónico gigante; el recorrido museográfico «historia y patrimonio», en el que se puede ver el Museo de Artes decorativas, la Arena, el Agora Cité Internaciotionale de la Danse…

Patrimonio arquitectónico.

En la foto uno de los bellos edificios de la Place de la Comedie. ©Iñigo Pedrueza.

Montpellier es una ciudad caracterizada por una gran diversidad arquitectónica. Del casco viejo lleno de encanto, con una de las zonas peatonales más grandes de Francia, al nuevo barrio de Antigone, con su arquitectura moderna, la ciudad constituye una mezcla sutil entre el patrimonio histórico y el urbanismo contemporáneo.

En el centro de Montpellier, la Place du Marché aux Fleurs con su hermosa fuente donde se eleva la escultura del catalán Ochoa, puede ser un buen punto de partida de una ruta para descubrir la ciudad y sus monumentos. Un paseo por el «Ecusson» o centro histórico de Montpellier constituye un auténtico viaje al pasado. Descubra las callejuelas características del Medievo del sur de Francia; tome el antiguo camino de los peregrinos (rue Jacques Coeur), o admire las fachadas de los palacetes (hôtels) de los siglos XVII y XVIII, y después, penetre en alguno de los patios llenos de tesoros arquitectónicos.

Callejuelas en el centro antiguo de Montpellier.

Por ejemplo la Cripta de Notre-Dame-Des-Tables, de estilo románico, o la iglesia Saint-Mathieu, construida por los dominicos a principios del siglo XVII, que contiene obras destacadas, como el retablo del Maitre d’Autel y un interesante patrimonio pictórico. Por otra parte, está la Chapelle des Pénitents-Balncs, capilla construida en la misma época, con un techo de compartimentos en los que hay cuadros que representan la vida de Cristo. Pero entre los monumentos más destacables de Montpellier está la Catedral de Saint-Pierre de estilo gótico meridional y la iglesia neogótica Saint-Roch, del siglo XIX.

Más al oeste, en la Place de la Canourge se puede admirar la fontaine des Licornes y un palacete del siglo XVII que alberga en la actualidad una parte del Palacio de Justicia. Al sur, la famosa Place de la Comédie, impresionante plaza peatonal que, prolongada por la explanada Charles-de-Gaulle, constituye un vasto espacio donde tienen lugar numerosas manifestaciones culturales y festivas. Allí podemos admirar las elegantes construcciones, con la Opera Comédie como monumento principal, un teatro de gran belleza, construido en 1888. Y una fuente, la fontaine des Trois Grâces, en el centro de esta plaza. Entre otros monumentos destaca el Mikvé (baño ritual de purificación en la religión judía) se sitúa en el corazón del que fue barrio judío y se encuenta entre los más antiguos y mejor conservados de Europa.

Foto del Acueducto des Arceux. ©Iñigo Pedrueza.

Por otra parte, está el Arco de Triunfo y el Acueducto des Arceux, que constituyen modelos de arquitectura clásica. El Arco de Triunfo se sitúa en la calle Foch, a un paso de la Place de la Comédie. Diseñado por el arquitecto François D’Orbay, alumno de Mansart, se construyó en 1692 sustituyendo una de las puertas de la antigua muralla. En cuanto al Acueducto des Arceaux, se construyó en razón del problema de agua de Montpellier: la société royale des Sciences de mandó esta tarea al ingeniero Henri Pilot de Launay en 1754, que se inspiró en el Pont du Gard para realizarlo, y favoreció la llegada de agua potable desde las fuentes de la ciudad de Saint Clement.

Museo Fabre

El Museo Fabre es un monumento excepcional, cuyo nombre reconoce la figura de F.X Fabre, pintor local. En él se mezclan arquitectura antigua y contemporánea, y posee un espacio de exposición de 9220 m2, en el que se cuenta la historia del arte europeo desde el Renacimiento a nuestros días. Cuenta con más de 800 obras, 900 grabados, 3500 dibujos, entre los que se encuentran grandes colecciones de maestros como Courbet, Veronese, Nicolas Poussin, Rubens, y también Delacroix y Zurbaran. Por otra parte, está el Hôtel de Cabrières-Sabatier d’Espeyran, departamento de Artes decorativas de los siglos XVIII y XIX del Museo Fabre de Montpellier, que es un nuevo departamento abierto al público desde el año 2010.

Tarifas: 6€ (colecciones permanentes); tarifa reducida :4€; gratuito todos los primeros domingos de mes. Dirección: 39 boulevard Bonne Nouvelle, 34000 Montpellier.

Folies

El Château de Flaugergues una de Les Folies cerca de Montpellier.

Los «Folies» son impresionantes palacios (châteaux, en francés; no lo confundan con castillos) que se encuentran a las puertas de Montpellier y que fueron construidos a partir de finales del siglo XVII por los notables de la ciudad. En esa época era habitual que invirtieran su fortuna en la construcción de elegantes estancias. Entre los «folies» más originales (hay un gran número de «Folies») se encuentra el Château de Flaugergues, con un cuerpo central y dos pabellones laterales dominando un jardín en escalera rodeado de viñas.

También está el Château de la Mogère, un «folie» clásico con un parque transformado en jardín inglés en el siglo XX y, más tarde de nuevo en jardín francés a partir de un antiguo plano. Más lejos, está el Château d’Ô, conocido por su increíble jardín y su parque, ejemplo de museo de arte de los jardines del siglo XVIII. Actualmente, estos «folies» se encuentran todos dentro del patrimonio francés y han sido declarados «monumentos históricos».

Parques y jardines en Montpellier.

Montpellier es una ciudad de parques y fuentes, en total hay más de 40 parques que se extienden a lo largo de cerca de 400 hectáreas: parterres, parques naturalistas igleses, jardines exóticos, románticos, botánicos, explanadas, fuentes (la Fontaine du Nombre d’Or, que sale directamente del suelo)…Montpellier está lleno de zonas verdes y de espacios de paseo. L’Esplanade Charles de Gaulle constituye la prolongación de la Place de la Comédie: 500 metros de alamedas,  de estanques, fuentes, areas de juego y fuentes que ofrecen un espacio muy apreciado por los habitantes y los turistas.

Picpoul de Pinet, uno de los vinos de la región de Montpellier.

Más al este, el Champ de Mars, es un antiguo terreno militar transformado en jardín público en 1900. Además, en la periferia del centro histórico, la Promeande du Peyrou, con la estatua ecuestre de Luis XIV, es uno de los paseos predilectos de los habitantes de Montpellier. También, a las orillas del río Lez que une Montpellier al mar, hay pasarelas peatonales y arboladas, cerca de los nuevos barrios de Antigone.  de estanques, fuentes y areas de juego.

Pero el parque más destacable de Montpellier es el Jardin des Plantes, el jardín botánico más antiguo de Francia, creado en 1593 por Henri IV a fin de facilitar las investigaciones de los estudiantes de la Facultad de Medicina. Se extiende a lo largo de una superficie de 4,5 hectáreas donde hay invernaderos con plantas tropicales, una orangerie del siglo XIX, una Ecole Systématique y un espléndido jardín inglés. Ha servido de modelo a los demás jardines botánicos franceses, incluido el de París que se creó cuarenta años más tarde. Propiedad de la Universidad Montpellier I ha sido clasificado Monumento histórico y «Site protegé».

Además, al norte de Montpellier, en la densa vegetación de garriga mediterránea, se encuentra el Parque zoológico de Montpellier, que alberga 750 animales (145 especies) dentro de un espacio protegido de 80 hectáreas clasificado «Réserve refuge libre». Por otra parte, en el corazón del Parque zoológico se encuentra la Serre Amazonienne, un  inmenso invernadero consagrado a la Amazonía. Posee 7 zonas climáticas y más de 500 animales y 3500 vegetales. La visita del zoo (gratuito) y del invernadero conseguirá introducir al visitante en una atmósfera original y fascinante. Abierto todos los días de 10:00 a 18:30

Los alrededores de Montpellier, playa, cultura, gastronomía…

A las afueras de Montpellier, en la Garriga, los llamados «folies», palacios de gran belleza que la élite de la ciudad construyó desde el siglo XVII hasta el siglo XX. Sin olvidar que Montpellier se sitúa muy cerca del mar Mediterráneo, y hay playas increíbles. Desde las estaciones balnearias de Palavas-les Flots, Carnon, La Grande Motte o Grau-du-Roi hasta playas más salvajes como la de l’Espiguette ya al borde de la desembocadura del Ródano. Ésta última cuenta con varios kilómetros de playa salvaje, dunas y un faro, ideal para los deportes de agua y viento.

También, para los viajeros que quieren descubrir los tesoros que nos reserva la región Languedoc-Rousillon, les recomendamos los increíbles lugares que se encuentran en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco como el acueducto romano del Pont du Gard, pueblos medievales como Sommiers o Uzès, paisajes pintorescos y sitios naturales como la Camargue o el Parque nacional de Cevennes (a una hora de Montpellier).

En la imagen las bateas donde se cultivan las ostras. Albufera de Thau.

Muy cerca de Montpellier pero al oeste, hacia España, se encuentra el musical pueblo de Sète, la ciudad que vio nacer a Georges Brassens. Ahí encontramos playas y los etangs, albuferas de paisajes encantadores donde reposan las aves de camino hacia el norte o el sur y donde se cultivan ostras y excelentes vinos blancos.

Muy cerca de Sète, pero hacia el interior de las tierras se encuentra el Etang de Thau, está albufera es famosa por sus ostras y por un vino blanco sutilmente ácido el Picpoul de Pinet. Las ostras en Francia no son especialmente caras por lo que comerlas al caer el sol, acompañándolas del Picpoul debería ser una tradición obligatoria. No se la pierdan.

Cómo llegar a Montpellier.

Place de la Comedie, centro neurálgico de Montpellier. Al su alrededor siempre hay mucho ambiente.

En coche

Montpellier se encuentra a 3 horas de Barcelona (está a 341 km) por la Autopista A9 y a unas 5 horas de la frontera del País Vasco (a 562 km). Existe la opción de los interesantes servicios de alquiler de coche.

En avión

Hay vuelos directos desde Madrid con Iberia que llegan a Montpellier en 1h30, y desde París, en 1 hora. El aeropuerto internacional Montpellier Méditerranée está a 7 km del centro, y hay autobuses frecuentes (cada 15 minutos)  que se encuentran en la puerta A del hall de llegada.

En tren.

Quizá una de las formas más cómodas, rápidas y baratas si se compra con antelación. Desde Paris son unas 4 horas de viaje, sólo 4 horas. Desde Barcelona, en España se tarda unas tres horas, e incluso desde Madrid es factible. Eso sí siempre y cuando sólo visite las principales ciudades, Montpellier, Nimes, Aviñón, Marcella o Niza. Si piensa visitar los pueblecitos necesitará un coche de alquiler. Los autobuses entre las ciudades y pueblos tienen una cadencia muy limitada y unos horarios imposibles en Francia.

Que ver, que hacer desde Montpellier.

Los alrededores de Montpellier incluyen una zona costera con largas playas y todo el interior del departamento, con sierras y pequeñas montañas que recuerdan a la Provenza vecina y a la Toscana. Nimes está muy cerca y Aviñón o Marsella tampoco se encuentran mejor. La zona de Roquefort con sus deliciosos quesos es otra opción. Finalmente Montpellier es un lugar increíble para descubrir todo el sur de Francia desde los Pirineos y Perpiñán hasta la Provenza y la Costa Azul.

Visita y degustación de vinos franceses desde Montpelier.

El departamento del Herault, del que es capital Montpellier es productor de excelentes vinos tintos, blancos y rosados. ¡No probarlos seria una pena!

Dónde comer en Montpellier.

En la foto ostras de la albufera de Thau.

Para comer en Montpellier todo el centro es una opción. En la misma Place de la Comedie encontramos restaurantes agradables y nada caros. Observe la carta y los precios, asequibles de todas formas, y decida. Entre las recomendaciones gastronómicas los mariscos y la carne de toro (taureau).

Dónde dormir en Montpellier

La capital del departamento de L’Herault es una bella ciudad para vivir. Todas la comodidades de una ciudad con un gran potencial y una buena vida cultural y, además, la cercanía de las playas del Mediterráneo. Le Grau du Roi, Palavas-les-Flots, La Grand Motte, Sète o Le Cap d’Agde se encuentran a menos de media hora de coche las más alejadas, a unos minutos las más cercanas.

En el centro se encuentran los típicos hoteles de las grandes cadenas hoteleras y también ciertos establecimientos con encanto y gran calidad. Es posible pernoctar también en los pueblos de los alrededores, algunos con mucho “charme”, o en las ciudades antes mencionadas, lo que añade la playa a todos los encantos del Midi francés.

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Mapa y callejero de Montpellier.

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