Paul Cezanne es uno de los pintores impresionistas más conocidos. En realidad se trata de un autor que va a enlazar el impresionismo con las nuevas vanguardias del siglo XX como el cubismo, por ejemplo.
En la imagen La Montagne Saint Victoire Barnes, donde Cezanne «retrata» los alrededores de Aix-en-Provence.
Cezanne siempre estuvo muy unido a la Provenza. Nació en 1839 en Aix-en-Provence, donde creció y fue amigo de otro insigne aixois, Émile Zola, amigo que lo fue durante hasta 1886 en donde rompieron su amistad. La causa, Zola utilizó a Cezanne como modelo para su novela «La obra«. El resultado no fue del gusto de Cezanne y jamás volvieron a hablarse.
De Aix marchó a París en 1861 a estudiar, pero vivió largas temporadas en el Midi. De hecho su vida transcurrirá entre la periferia de París, el barrio de L’Estache de Marsella y Aix-en-Provence.
Admirador de Delacroix y Pisarro, sus cuadros no fueron expuestos hasta 1870, y sólo de forma ocasional. Su influencia será posterior, sus cuadros se exponen realmente a partir de 1895, y ahí es cuando nace la admiración, el renombre y un cierto éxito.
1886 fue un año clave ya que una herencia alivió la situación económica de la familia Cezanne y además se produjo el conflicto con Zolá. L’Œuvre, La Obra, el libro en cuestión, contaba la historia de un pintor maldito que no consigue terminar su gran obra. Tal vez, el la animadversión hacia Zola, sirvió a Cezanne para lograr convertirse en un pintor verdadero.
Sus últimos años los vivirá aislado, refugiado a las afueras de Aix-en-Provence.
Su pintura es mucho más oscura que la de los impresionistas (Monet, Manet, Renoir, Pissarro) o de otros postimpresionistas como él (Gauguin, por ejemplo). Cuadros más tristes, más reposados y donde los volúmenes comienzan a aflorar, rompiendo las formas reales y dibujándose de forma más nítida y precisa. No en vano serán , como hemos dicho, los cubistas los que más se reivindicarán su figura. Cezanne destaca con sus naturalezas muertas y con su serie de los Jugadores de Cartas.
Arte como inversión geopolítica.
La serie de los jugadores cuenta con cinco ejemplares. Uno se encuentra en el parisino museo de Orsay, otro en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, un tercero en el Courtauld Institute en Londres, y el cuarto en la Fundación Barnes en Filadelfia.
El quinto era Jouers de Cartes pintado en 1895. En este caso no hay figuras en segundo plano, sólo los volúmenes cúbicos de un ventanal que se abre a un entorno natural. El cuadro pertenecía a un millonario griego que lo guardaba como reserva de capital en el bunker de un banco suizo. La crisis, la necesidad de liquidez o la cuantiosa cantidad que inundaba un cheque, han llegado a su antiguo dueño a venderlo. El comprador es el Museo Nacional de Arte Moderno de Doha, la capital del emirato pérsico de Qatar.
Imagen de la obra comprada por el museo Qatarí.
En realidad desconocemos si el dueño es el Museo, el Estado qatarí o su Emir, dada la estructura política del país. Lo que está claro es la orientación geopolítica que tanto Qatar como Los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y en menor medida Omán y Kuwait, están desarrollando para salir de la dependencia económica del petróleo y el gas. Qatar es un pequeño país con un millón y medio de habitantes y principal exportador mundial de gas. Estos países que han visto reducirse sus reservas de petróleo han diversificado su economía y buscado en el turismo el principal recurso económico. La orientación turística se encamina hacia el turismo de lujo, tanto en tierra como en el mar (cruceros por el golfo pérsico), y a los grandes acontecimientos deportivos y de espectáculos. El freno de ciertas costumbres religiosas, y la compleja situación política de muchos de sus vecinos aún impide que esta región del mundo substituta como destino turístico a zonas de Europa como la Provenza.
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En 2022 se celebrará en Qatar el Mundial de fútbol, en un país carente de estadios, futbolistas, tradición y afición (Recordemos que Japón y Corea compartieron su mundial y se proyectaba uno también compartido entre España y Portugal). Varios grandes premios de Formula 1 y de carreras de motos se celebran en estos países. Este año ha tenido repercusión la Vuelta ciclista a los Emiratos.
De lado del arte, el Museo Louvre abrirá una sede en Abu Dhabi en los Emiratos y el Museo Nacional de Arte Moderno de Doha contará con una colección digna de los principales museos de Europa y Estados Unidos.
Foto del Museo de Arte Moderno de Doha, donde ahora descansará este pedacito de Francia y de Provenza.
La compra del cuadro de Cezanne por 190 millones de euros ha hecho de los Jugadores de Cartas, el cuadro más caro de toda la historia. Inmersos como estamos en una severa crisis económica, la cantidad muestra el intereses y la fortaleza de Qatar y de política. Habría que desear que los avances democráticos en la región fuesen tan vigorosos como las compras de obras de arte, pero hay que reconocer que sus dirigentes no son ciegos y que buscan mantener a sus países en una situación económica desarrollada.
Cabría preguntarse en qué piensan nuestros dirigentes, en qué España será fuerte en futuro, teniendo en cuenta la nulidad de las medidas de ajuste que se aplican en este momento. Recuperando viejos manuales de políticas de ajuste estructural, fallidas y nefastas en America Latina no se saldrá de la crisis.
En América también deberíamos pensar si el único futuro es el de abastecer de materias primas de bajo coste al resto del planeta. América Latina necesita escapar de un modelo, fructífero hoy, pero peligroso y destructivo mañana. Preveer, diversificar, desarrollar alta tecnología y reunir arte, han sido las prácticas de las monarquías del Golfo, y no han sido malas decisiones.
Alexander Paraskinnen para la-provenza.es