En la primavera provenzal, en algunos pueblos de la Ruta de la lavanda, podemos pues asistir a un esplendoroso espectáculo: la floración de los tulipanes. En el bello pueblo de Lurs (a un paso de Manosque y de Forcalquier) se cultivan 30 hectáreas de esta bella flor, familia de las Liliaceas, que después serán exportados a Holanda.
Gente de todo el mundo llega al Valle del Durance, en los Alpes de Haute-Provence para contemplar estos colores vivos y efímeros que desaparecerán en seguida, porque para que los bulbos se desarrollen al máximo, se cortan los tallos. Incluso podemos ver picnics en medio de los campos de tulipanes de aquellos que desean contemplar esta fiesta de color.
Desde finales de abril a principios de mayo podrán disfrutar de un espectáculo único y de hacer una ruta de algunos de los más bellos pueblos provenzales. Junto a los campos de lavanda, los campos de tulipanes forman también parte de los aromas de la Provenza que fascinan a los enamorados de esta región.