Ruta de las Corniches

Impresionante vista de la Gande Corniche y de la Moyenne Corniche.

Las Corniches de la Riviera son las tres carreteras que recorren la Costa Azul situadas entre Niza y Menton y ofrecen puntos de vista magníficos y diferentes de la costa Mediterránea. Si traducimos la palabra «corniche», significa acantilado o carretera de acantilados; los roquedales de los Alpes Marítimos se tiran literalmente al mar. Estamos hablando de la Grande (Superior), la más elevada, que ofrece vistas panorámicas espectaculares; la Corniche Moyenne (Media), situada en la ladera de la montaña, permite apreciar el relieve; y la Corniche Basse (Inferior) o Corniche du Litoral, que serpentea entre diferentes pueblos costeros.

Son muy famosas entre los visitantes de la Costa Azul por los espléndidos paisajes, zonas residenciales de la Belle Epoque, ruinas romanas y pintorescos pueblos de montaña. Aquellas carreteras que varios directores de cine han inmortalizado en tantas películas, como Hitchcock en «Atrapa a un ladrón» (To catch a thief): ¿recuerdan a Cary Grant y a Grace Kelly por la maravillosa Riviera; o a Pierce Brosnan como James Bond en «Golden eyes»?.

Qué ver que hacer en las corniches de la Costa Azul.

Les proponemos tres circuitos o rutas para ir de Niza a Menton. Comenzaremos por la carretera de la Grande Corniche, la carretera panorámica más célebre del mundo. Es tal vez, la más bella de las tres, que fue construida por Napoleón I y sigue la antigua vía romana (Via Julia Augusta). Hacen falta unas tres horas para recorrer los 31 kilómetros que unen Menton y Niza.

Se puede empezar el recorrido en Menton. Tomando las avenidas Carnot y la Madone para llegar al antiguo pueblo de Roquebrune-Cap-Martin, para lo cual no tienen más que seguir el Mediterráneo. Una vez en el pueblo de Roquebrune-Cap-Martin, pueden aparcar (en la Place Birigliano). Después hacer una visita a este pueblo que está asentado en la falda de una colina, con su pueblo asomando por detrás de la iglesia. Llegando a la Place des Deux-Frères, encontrará un enorme olivo entre dos espectaculares rocas; puede recorrer las sinuosas callejuelas del casco antiguo hasta que llegue al castillo carolingio y, por supuesto, disfrutar de las vistas al mar. Curiosidad: en el cementerio de Roquebrune está enterrado Le Corbusier, que se murió mientras se bañaba en la Costa Azul.

De Menton a Eze.

Vista de Eze y Cap Ferrat.

Siguiendo su recorrido zigzagueante por la corniche, entre olivos, pinares y formaciones rocosas calizas, diríjanse al pueblecito de La Turbie que se encuentra a 8 kilómetros y también ofrece unas vistas panorámicas bellísimas de Mónaco, Cap Ferrat y el pueblo de Eze. Admiren el Trophée d’Auguste en la cima del pueblo, un monumento conmemorativo de época romana de más de 30 m de altura. Es uno de los dos únicos que se conservan en la actualidad. Pasen por cualquiera de las puertas medievales y suban por las callejuelas para admirar este hermoso monumento.

Sigan su camino hacia la colina donde se encuentra el magnífico puerto de Eze (Col d’eze) (lugar de muchas carreras ciclistas). Se encuentra a 512 metros, desde donde podrán admirar la hermosa vista de los valles del Vesubio y del Var, del Monte Bastide y de Cap Ferrat al oeste y de Italia al este. El puerto de Eze fue un oppidum y luego un castro romano.

Continuando, tomen un camino en pendiente a la salida del puerto y vayan hacia el Parque Natural departamental de la Grande Corniche. En este parque pueden dar unos buenos paseos y encontrarse con un edificio defensivo, el Astrorama, hoy centro de observación astronómica. Pueden visitarlo e iniciarse en la observación de los astros (los viernes y sábados, a partir de las 18h). También pueden ir hasta la cima de la montaña (se puede ir en coche) hasta el parque de la Revère que ofrece unas vistas panorámicas increíbles de toda la costa Mediterránea.

La siguiente parada es el mirador de Eze, a un kilómetro después del puerto, desde donde hay una bella vista de la Tête de chien (un promontorio que domina Mónaco), Eze, Cap Ferrat y los Alpes. Pueden ir a visitar el magnífico pueblo de Eze, ineludible. O seguir en dirección Niza hasta el Puerto de los Cuatro Caminos (Col des Quatre Chemins). Descendiendo por una carretera vertiginosa desde donde se puede percibir la ciudad de Niza, la Bahía des Anges, la colina del castillo de Niza y el cabo de Antibes.

Basse Corniche y Moyene Corniche.

Moyenne Corniche (Corniche Media)

Seguir por la D2564 y después de 2 km girar a la izquierda por la D45 para entrar después en la D6007 o Moyenne Corniche, que es la más directa de las tres. Pero que ofrece vistas tan impresionantes como las de la Grande Corniche además de diferentes parkings que invitan a pararse y hacer varias escalas para descubrir otros lugares de la Costa Azul. Pero es importante tomar la Corniche Media de Niza en dirección a Menton, y no a la inversa, ya que los aparcamientos se encuentran siempre del lado del mar y las carreteras tienen bastante tráfico, lo que dificulta las maniobras. Además, no podría disfrutar de las vistas a causa de la mediana central de protección de la carretera.

La Corniche Media era, antes de la construcción de la autopista, la principal vía de transporte entre Menton y Niza. Uno de las zonas de aparcamiento en la que deben pararse obligatoriamente es Mont des Mules, que se encuentra encima de Mónaco, por lo que las vistas de la ciudad son únicas. Las siguientes paradas que les aconsejamos son el puerto de Ville Franche y de la Plateau Saint-Michel en Beaulieu, desde donde hay excelentes vistas de ambas ciudades costeras.

Pero la mejor escala es la de la localidad de Eze. Situada en un peñasco a 429 m de altitud y que les aconsejamos que vean desde el exterior, ya que hay unas magníficas vistas del pueblo sobre la colina y del mar. Pero no dejen de visitar este pueblo encantador, sus callejuelas, la iglesia Notre Dame de l’Assomption (s. XVIII) y el jardín exótico situado en la zona más alta del pueblo con vistas panorámicas hacia Cap Ferrat.

Basse Corniche (Inferior) o Litoral

La Corniche del Litoral conduce de Niza a Menton directamente por la costa. Para salir de Niza, en el Vieux Port, coja el Boulevard Carnot (D6098). Es donde se inicia la Basse Corniche y salga de la ciudad hacia el este bordeando el barrio periférico de Mont Boron. La Corniche Litoral se trata de un trayecto de 30 kilómetros que atraviesa muchas localidades de la Costa Azul, en las que conviene pararse.

Villefranche-sur-Mer vista desde la Moyenne Corniche.

Como Villefranche-sur-Mer, a unos 5 km de Niza, una localidad donde muchos cruceros hacen escala que fue durante muchos siglos el puerto principal de Niza. Frente al puerto se encuentra la Chapelle St-Pierre (o Capilla Cocteau). De época medieval, de gran interés puesto que fue decorada por el poeta, artista y cineasta Jean Cocteau con frescos de la vida de San Pedro y escenas de pescadores.

Si van un domingo o un lunes (en verano) podrán ver un mercado de productos artesanales en la Place Amélie Pollonais. Frente a la capilla hay una zona de marisquerías. Vale también la pena la Rue Obcure, paralela al muelle, una calle cubierta del siglo XIII donde Cocteau rodó parte de su película Orphée (1950). Después está la Eglise St Michel, del siglo XVIII. Otra visita interesante es la de la Citadelle que alberga cuatro museos.

Coja de nuevo la Corniche Litoral en dirección St-Jean-Cap-Ferrat (por la D25), una localidad residencia de millonarios. Una carretera secundaria lleva a la Villa Ephrussi de Rohschild (de visita obligada). Construida entre 1905 y 1912 para la hija del gran magnate de la banca Alphonse de Tothschild. Destaca por sus obras e arte medievales y renacentistas y por los jardines temáticos con fuentes musicales y estatuas medievales. No muy lejos se encuentra la pequeña Playa Passable, y la Villa des cèdres, que fue residencia del rey Lepololdo II de Bélgica. Después se llega a St-Jean-Cap-Ferrat que destaca por el puerto deportivo de veleros y la Plage Paloma.

Sigan la D25 por el litoral y encontrarán un pueblito con palmeras al que venía la realiza a pasar los inviernos: Beaulieu-sur-Mer. Con su casino de color rosa de la Belle Epoque, un puerto deportivo y hermosos hoteles, además de la Villa Grecque Kérylos (puede visitarse) que se alza frente al mar. Es una reconstrucción de una villa griega construida entre 1902 y 1908 inspirada en las de la isla de Delos del siglo II a.C. Siguiendo por la Basse Corniche van a llegar a Eze-Bord-de-Mer, desde donde pueden ver el magnífico pueblo de Eze en lo alto de la colina.

Eze sur mer. Vista de la Basse Corniche y de la línea de ferrocarril

Finalmente, a unos 7 km al este está Cap d’Ail, donde hay auténticas joyas de la Belle Epoque, como la Villa Lumière, residencia de los hermanos inventores del proyector cinematográfico. O el hotel Eden Palace, hoy edificio de apartamentos. La Playa Mala, una de las más bellas de la Costa Azul, con casetas y unas vistas espectaculares de la bahía y las montañas. Si continúan por la Basse Corniche, se encontrarán con Mónaco, y para llegar a Menton tienen que coger el Tunnel du Serrouville, que va de Le Rocher a Port Hercule..

Organización de la ruta

Les aconsejamos que pasen al menos una jornada en Menton y hagan noche allí, ya que es una de las ciudades más bellas y tiene mucho que ver. Y al día siguiente consagran un día entero a la Grande Corniche y a la Corniche Media. Salir de Menton por la Grande para llegar a Niza, visitar la ciudad y tomar el camino de regreso por la Corniche media, el mismo día o al día siguiente. Otro día tomen la Corniche inferior para poder pasar por el máximo número de localidades, como Mónaco, Villefranche-sur-Mer, St-Jean-Cap-Ferrat, Beaulieu-sur-mer, Eze-Bord-de-Mer o Cap d’Ail.

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Mapa plano y callejero de las Corniches