El jabón de Marsella, jabón artesanal
El jabón de Marsella es un producto auténtico, fabricado siguiendo una receta tradicional. En su fabricación utiliza únicamente aceites vegetales, sin mezcla de grasas; es 100% vegetal, lo cual le confiere una calidad excepcional. Contiene tres aceites: aceite de oliva, por su poder de limpieza; aceite de coprah, por su poder espumoso; y aceite de palma que protege la capa hidrolípida de la piel. Las materias grasas, que deben representar un mínimo de 72%, se mezclan con la soda y se cuecen a fuego alto.
Jabón de Marsella, algo de historia
Ya en la Antigüedad se realizaban mezclas de aceites y cenizas con agua, y los jabones servían tanto de remedio como de producto cosmético. Y no es hasta la Edad Media cuando empieza a utilizarse para lavar la ropa después de añadirle a la mezcla una soda cáustica. Pero fue a partir del siglo XV cuando nace y se desarrolla la industria jabonera en Marsella y a partir del siglo XVI se perfeccionan las técnicas, gracias a especialistas venidos del Mediterráneo (los marselleses imitan el jabón blanco de alicante). Y desde ese momento, el jabón de Marsella empieza a ser conocido en el mundo entero y a expandirse, sobre todo con el progreso de la medicina y la higiene. Y en 1688 sale un edicto (Edicto Colbert) que regula la fabricación del jabón de Marsella, por el que sólo se utilizaría aceite de oliva puro y gracias al cual la ciudad de Marsella se situaba a la cabeza de esta industria.
A lo largo del siglo XVIII la producción se multiplica por dos y la industria del jabón de Marsella pasa a ser una de las más importantes de la ciudad. A principios del siglo XIX ya había 73 establecimientos, pero el bloqueo inglés del puerto detiene la importación de materias primas, por lo que se crean fábricas para obtener uno de los componentes del jabón a partir de sal marina (procedimiento de Nicolas Leblanc). Y con el aumento de los precios del aceite de oliva por el embargo, se empezaron a usar otro tipo de aceites: colza, lino, sésamo. También los usos de los consumidores cambian y prefieren jabones con mezcla de aceite de oliva y de clavel En 1810 nace una comisión para controlar la calidad de la fabricación del jabón, y los fabricantes tienen que poner una marca garantizando el tipo de aceite.
A finales del siglo XIX, el progreso técnico aumenta la producción (algunas manufacturas llegan a producir 12500 toneladas de jabón de Marsella por año): utilización el vapor para regular la cocción. Y el nuevo procedimiento del marsellés J.D. Rougir se expande: blanqueamiento del aceite de palma y obtención de un producto unicolor: el blanco. Se abren laboratorios para controlar las fases de cocción del jabón. En la Exposición Universal de 1855, el jabón de Marsella se lleva la medalla de oro.
En el siglo XX nace el jabón moderno, que ya no se utiliza únicamente como detergente o como producto de aseo, sino también como producto farmacéutico e industrial (industria de la lana y de las telas). En los jabones de Marsella pasa a indicarse EXTRA PURO 72% de ácido graso, y por toda Francia se ven los carteles que alaban el jabón puro de Marsella. Pero la producción del jabón de Marsella disminuyen con la invención del detergente en polvo.
Renacimiento del jabón de Marsella
A partir de los años 80 del siglo XX hasta la actualidad, el jabón de Marsella resurge con fuerza basándose en la tradición. Se ensalzan las virtudes de este producto natural y biodegradable. Y pasamos a ver jabones de Marsella por todas partes: tiendas de productos provenzales, jabonerías, mercados, tiendas de productos cosméticos, etc.
El secreto del jabón de Marsella. ¡Cuidado con las copias!
El auténtico jabón de Marsella tiene forma de cubo de 600 gramos de color blanco o verde (el que está fabricado con aceite de oliva) y lleva la indicación «EXTRA PURO 72% de ácidos grasos». No contiene colorantes, conservantes ni perfume y nunca grasas animales (escondidas bajo la denominación «sodium tallowate»). Como es el caso de muchas copias del jabón de Marsella cuya receta de fabricación no tiene que ver con la original. La denominación «jabón de Marsella» es de origen totalmente incontrolado. En la actualidad se encuentran muchos productos bajo este nombre. El verdadero jabón de Marsella es 100% vegetal.
El jabón de Marsella seduce al viajero
En la actualidad, el jabón de Marsella seduce por el hecho de ser producto auténtico fabricado según una receta tradicional, un producto artesanal, puro y natural, biodegradable, que respeta el medioambiente. Además, ya no es sólo un producto para lavarse el cuerpo, el rostro y para limpiar la ropa, sino que es un objeto estético, que seduce al que lo adquiere por su aspecto: esa forma tradicional de cubo, aunque también lo encontremos con otras formas (alargada, taco, redondeado, cigarra, corazón…).
Y también muchos colores y aromas, que satisface a los amantes de los jabones artesanales. El jabón vegetal blanco tiene aromas de limón, miel, leche, lavanda, mimosa, jazmín, rosa,…Mientras los aromas del jabón de oliva, el verde son los siguientes: algas, manzana, arcilla, pino, romero, menta, lavanda…Podemos encontrarnos aromas sorprendentes como: chocolate, própolis, melón, magnolia, vino,…
Si viajan a Provenza podrán encontrar jabón de Marsella por todas partes: en los mercados artesanales, o en tiendas que comercializan productos artesanales. En la actualidad sólo quedan cuatro jabonerías en Marsella que continúan fabricando este jabón artesanal, además de otros productos y detergentes.
Taller de jabón de Marsella
En su viaje a la Provenza puede aprovechar para hacer un taller de jabón de Marsella, visitar el Museo del jabón de Marsella y hacer su propio jabón personalizado.