La Ruta de los Castillos Cátaros

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El castillo de Quéribus, desde el de Peyrepertuse, con la vista sobre el valle que dominaban.

Esta ruta se sale de Provenza, pero como ya explicábamos en la presentación de la-provenza.es, las fronteras no son algo que nos detengan.

Los castillos cátaros… no son cátaros.

Los mal llamados «Castillos Cátaros» se encuentran a medio camino entre España y la Provenza propiamente dicha. A pesar de ello, la visita de esta comarca del departamento de los Pirineos Orientales y el Aude es de innegable interés. Pensamos que puede ser útil a los viajeros que se dirigen desde España en coche a Provenza. Un pequeño desvío les llevará a los picos escarpados de estas fortalezas, antigua frontera entre Francia y Aragón y después España.

En realidad no se tratan en su mayoría de castillos cátaros, sino de fortalezas edificadas en los montes de Corbières, tras el fin de las guerras civiles y de religión en el siglo XIII. Unicamente algunos fueron sitiados durante la cruzada albigense y la guerra de religión entre los cruzados de Simon de Monfort y los nobles que apoyaban el catarismo. Al final de ese conflicto es nuevo poder es el Rey de Francia quien para controlar una zona levantisca y recién ocupada y para defenderla de sus “vecinos” aragoneses refuerza una serie de fortalezas preexistentes, en la frontera de sus territorios, los montes de Corbières. Ésta es la verdadera razón de la existencia de dichas fortalezas.

Sin embargo el mito cátaro, el mito de Montsegur, es del agrado de muchas personas en la actualidad, por lo que se asocia, en un acto de ignorancia y mitología ciega, la corriente religiosa cátara a los castillos que arbolan la región.

El panorama desde el castillo de Peyrepertuse son espectaculares.

El conflicto cátaro.

La realidad de mito cátaro se reduce a la lucha por el poder de diferentes entidades políticas en la Edad Media. El rey de Francia, asentó su legitimidad conquistando o controlando los contrafuertes pirenáicos, donde hasta ese momento otras entidades habían influido más que él. La corona francesa substituirá al Conde de Toulouse otros señores menores. En ese contexto la excusas religiosas son ideales, por lo que la proliferación de una variante rigorista y ascética del cristianismo en la zona, el catarismo, servirá para declarar una cruzada.

En ese momento se combinan los intereses encontrados del Papado, de las Órdenes Templarias, del Conde de Toulouse y del rey de Francia. La ”herejía” catara no es más que una variante entre las bifurcaciones del cristianismo medieval. El catarismo, el movimiento albigense, es una respuesta ante la usura y el enriquecimiento de la nobleza y del clero, pero que contenía en sí rasgos puritanos y un misticismo cercano al de una secta. Todo muy lejos de la idealización simplista de muchos neo cátaros actuales. En todo caso, como en cualquier cruzada religiosa, la lucha fue cruenta y la represión posterior muy dura.

Los Castillos de los Montes de Corbiéres.

Y aún no hemos hablado de los castillos en sí mismos. Su visita merece la pena ya que las vistas y los paisajes son espectaculares. El estado de los castillos es bastante bueno, las carreteras aunque estrechas están cuidadas y las indicaciones son buenas. Bellos y espectaculares pero no cátaros. No lo olviden. Estos castillos, los cinco de Carcasona (Castillo de Aguilar;  Peyrepertuse; Castillo de Puilaurens; Quéribus; Castillo de Termes) son fortalezas defensivas que protegían la frontera sur del reino de Francia de Aragón primero y España después. Hasta que en 1659 la firma de la Paz de los Pirineos cedía a Francia el Rosellón y la Cerdaña y trasladaba la frontera franco española hasta la cresta de los Pirineos.

Al perder su interés estratégico las fortalezas se abandonaron progresivamente.

Como llegar.

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En la imagen el Castillo de Aguilar visto desde los viñedos que lo rodean.

Los cinco castillos principales se sitúan en el interior de un triángulo formado por Perpiñán, Narbona y Carcasona, a 170 km de Montpellier y 50 km de Perpiñán. Desde Barcelona se tarda unas 2 horas y 15 minutos (242 km). Hay que seguir por la Autopista A-9 y salir en Perpiñán.

Distantes una treintena de kilometros en el punto más alejado, pueden visitarse todos en un largo día de verano, aunque lo más recomendable es no pasar de tres castillos. Las pendientes, las cuestas y las piedras acaban cansando a los viajeros. Además las panorámicas merecen una visita pausada. En verano la afluencia de público es mayor por lo que la visita es más cómoda en otoño o primavera. En invierno la tramontana sopla a veces de forma desagradable y fría. Para llegar a los castillos, sobre todo a algunos, se requiere una relativa agilidad, por lo que si su movilidad es reducida no podrá acceder a ellos.

Horarios y precios.

Entre finales de octubre y mediados marzo, los castillos están cerrados. Esto no significa que no puedan visitarse, pero algunas estancias se encuentran cerradas. El tiempo no es tan agradable pero la visita les saldrá gratis. Entre marzo y octubre, el precio de la entrada es de 3,5€ (1,5€ niños entre 10-15 años), 2,5€ si se tiene un pasaporte que permite visitar a ese precio reducido los castillos. Los horarios varian pero generalmente van de las 10 de la mañana a las 6 de la tarde.

Los cinco de Carcasona.

Estas cinco fortalezas constituían un muro defensivo que protegía el valle del Aude y el Languedoc, primer territorio del rey de Francia y las ciudades principales, Narbona, Beziers y la propia Carcasona.

Castillo de Termes.

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En la foto se puede contemplar el abrupto lugar en donde se encuentra el castillo de Termes, lo que explica su adjetivo de inatacable.

El castillo de Termes perteció desde su construcción en el siglo X u XI a la familia homónima. Este castillo sí estuvo implicado en la cruzada albigense contre la herejía cátara. Sitiado en 1210, el castillo al que se calificaba de inatacables se rinde por asedio, como era habitual. Tras cuatro meses las reservas de agua se agotaron y Raimond de Termes rindió su fortaleza. Su verdadera importancia comienza en 1228 cuando se convierte en frontera entre Francia y Aragón.

Para llegar hay que salir de la Autopista A9 en la salida 41 Perpignan Norte (Rivesaltes) y coger la rotonda dirección Vingrau y Tuchan D 12 y D 39, continuando después por la D 139, D 613 y D 40.

Castillo de Aguilar.

Las primeras noticias del castillo provienen de principios del siglo XI. A partir de 1230 se convierte en fortaleza real, puesto avanzado de la nueva frontera entre el Reino de Francia y de Aragón. Como los demás pierde su importancia con la Paz de los Pirineos. El castillo se encuentra en buen estado y los montes que lo rodean son una reserva natural. El paisaje es muy bello y se contempla a lo lejos el mar.

El castillo se sitúa al píe del pueblo de Tuchan. Para llegar hay que salir de la Autopista A9 en la salida 41 Perpignan Norte (Rivesaltes) y coger la rotonda dirección Vingrau y Tuchan  carreteras D 12 y D 39.

Castillo de Puilaurens.

En la foto la famosa que atrae a la Dame Blanche.

Existen referencias sobre está fortaleza ya en 945. No fue importante durante la Cruzada Albigense al situarse muy al sur, sobre la frontera aragonesa. Pasa a poder real alrededor de 1250 siendo fortificado y sirviendo de punta de lanza de la defensas francesas. Como todo castillo que se precie varias leyendas hablan de una Dama Blanca que se pasea por las murallas cuando la niebla cubre el castillo.

El castillo se encuentra en un espolón rocoso a 700 metros de altura. A sus pies los pueblos de Lapradelle y Puilaurens.

Para llegar hay que salir de la Autopista A9 en la salida 41 Perpignan Norte (Rivesaltes) y después seguir por la carretera departamental D117 hasta Lapradelle.

 

Castillo de Quéribus.

C0mo su vecino de Peyrepertuse, el fortín de Uqribus perteneció a los Condes de Barcelona, al rey de Aragón y a aprtir del siglo XIII al rey de Francia. Albergó a algunos catáros durante las Cruzada de principios del siglo XIII pero no fue atacado.Se encuentra sobre el pueblo de Cucugnan.

Para llegar se abandona la Autopista A9 en la salida 41 Perpignan Norte (Rivesaltes). Luego tomamos la D 117 hasta Maury y de allí  a Cucugnan por la D 19.

Castillo de Peyrepertuse.

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El castillo se apoya directamente sobre la roca madre.

Se halla a 5 kilómetros del castillo de Peyrepertuse, ambos se miran contemplando el valle del pueblo de Duilhac. Como otros, el sitio fue ocupado por un castro y por una torre romana. Zona fronteriza desde la caída del Imperio romano dependió, respectivamente, de los Condes de Besalú, del Conde de Barcelona, los reyes de Aragón y sólo en 1240 entra en el dominio del rey de Francia. A partir de esa época el castillo cobra importancia, como bastión de la frontera. Su mejor estado actual se explica ya que conservó una guarnición hasta la Revolución francesa.

La entrada tiene un precio especial de 8,5 euros en julio y agosto y 6 euros el resto del año. Los autores de este blog lo visitaron en febrero estaba cerrado. Esto quiere decir que no era necesario pagar y se visitaba sin problema y gratis.

Para llegar se abandona la Autopista A9 en la salida 41 Perpignan Norte (Rivesaltes) y después se sigue D 117 hasta Maury y de allí por la D 19 y D14.

Para tener una visión de conjunto de la zona visite el mapa de la región de los castillos.